29 de enero de 2010
Peligrosa actitud
Pasa muchas veces que cuando mejor empiezan a irnos las cosas, las abandonamos. Quizá porque ya no son un desafío y comienzan a convertirse en rutina.
23 de enero de 2010
Diferencias
No puedo escribir con interrupciones. Para hacerlo, necesito —además— mucha concentración y un silencio casi absoluto. Quizá por eso me gusta escribir, porque es algo que me obliga a estar en una sola cosa; a diferencia de la pintura, que me permite la dispersión, e incluso, atender otros asuntos mientras pinto.
16 de enero de 2010
Decir las cosas directamente
8 de enero de 2010
No hay mal que por bien no venga
Después de tanta agitación y tanto ajetreo vengo a encontrar la paz un poco sin buscarla. Lo digo en tono de resignación y preocupación, pues resulta que la crisis me ha metido de lleno en el ocio, en un paro obligado; en algo así como un retiro forzoso y prematuro al que ya empiezo a encontrarle cierto gusto. La crisis se está cargando mi carrera —igual que la de otros colegas—, pero, también, está siendo una oportunidad de oro para poner en orden mis cosas y aclarar cómo me gustaría vivir de aquí en adelante. Es momento de mudarse a otra realidad, de abandonar el pesado bulto de la egolatría y atender más a las cosas importantes: la familia, los amigos, y, por supuesto, al trabajo —si no lo tengo, me lo invento. Hoy disfruto más de las cosas pequeñas, de mis aficiones: los paseos, la lectura, de escribir, del cine, del teatro, o de la Champions League. Lo mejor será enfocar la atención en el presente y no preocuparse tanto por el futuro, o insistir demasiado en hurgar en la nostalgia del pasado. Quiero vivir con sencillez. Tanto esfuerzo, tanta tristeza, tanta preocupación ¿para qué? Mejor, más discreción, más ironía y escepticismo. Menos pretensiones.
3 de enero de 2010
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